Texto: Adrian Iturralde / @jadriantomafotos Fotos: cortesía OCESA
«¿Tu crees que se llene? No creo, ¿no?» fue lo que escuché decir a mi vecina situada a mi derecha, ayer 19 de Marzo del 2024, en el Lunario del Auditorio Nacional, mientras apenas esperábamos por el acto abridor dar su comienzo.
No pasaron ni 10 minutos después de aquel comentario, que la susodicha a mi derecha volvió a lanzar otro comentario con su acompañante, pero esta vez diciendo: «Olvídalo, esto va a estar hasta la madre»
Y en efecto, para cuando las integrantes de The Last Dinner Party ya estaban caminando y posicionándose sobre el escenario por ahí de las 9:30 p.m., a tan solo segundos de debutar su 1er show dentro de Latinoamérica, el Lunario del Auditorio Nacional se encontraba completa y absolutamente, llenísimo!
Por lo que logré presenciar ayer ante mis propios ojos, este fue uno de esos shows donde, la emoción, la energía, y la euforia, se propagaba de cuerpo a cuerpo entre los fans, de manera tan desenfrenada y errática, que está, al ser rebotada hacia las británicas sobre el escenario, parecían estar en un shock mucho mayor que el nuestro.
Y claro, apenas en un 2 de Febrero del 2024 lograste liberar ante el mundo tu álbum debut, tu primer trabajo con el que te das a conocer sobre quien eres, de donde vienes y a donde te diriges… Y luego, solo mes y medio después de este máximo logro en tu carrera, logras cruzar el Oceanto Atlántico, hasta el otro lado del mundo donde ni siquiera hablan tu propio idioma, y lo que recibes es un Lunario del Auditorio Nacional hasta mas no poder de gente, coreando a todo pulmón cada palabra, silencio, coma, acentuado de tus propias canciones… Claro, los sentimientos salen a flote.
Fue durante dos ocasiones que Abigail (vocalista de la banda) derramó lágrimas sobre el escenario, justo al final de una de las canciones más íntimas de su aún muy temprana discografía, «Beautiful Boy», la cual fue la única canción donde el público permaneció en completo silencio durante el show, para apreciar al máximo el arte y talento musical de las chicas… Y la segunda ocasión fue al final de «Portrait of a Dead Girl», donde todo lo contrario a la anterior. Esta canción en particular, al ser una explosión de coros armónicos, los alrededor de 1,000 asistentes dejaron muy en claro porque los mexicanos somos considerados uno de los mejores públicos del mundo. Absolutamente todos cantaron, y fue increíble.
Claro, los regalos no pudieron faltar igualmente… Las rosas, las coronas de flores, el imperdible Dr. Simi e incluso, hasta un changuito mión de Chapultepec se le fue dada a Lizzie, guitarrista de la banda.
La banda no se quedó corta y procedió a darnos un regalo a nosotros igual, porque aparte de tocar absolutamente todas sus canciones de su álbum debut, al setlist de esta fecha tan especial incluyó «Big Dog», la cual mencionaron ser una canción nueva que aún no se encuentra en plataformas… Y wow, si me lo preguntan, viendo los sonidos con los que están experimentando las británicas para futuros proyectos musicales, podemos asegurar que la próxima vez que vengan, el Lunario del Auditorio Nacional les va a quedar corto… MUY corto.
El concierto llegó a su fin con el icónico «Nothing Matters», un par de abrazos con los fans que lograron estar hasta enfrente y finalmente, una promesa de volver pronto. Esto fue, The Last Dinner Party.