‘’DÍA DE MAYO’’ Y ‘’HABLEMOS DEL CAMPO’’: LA DUALIDAD DE JOSÉ MADERO

Una de las grandes herencias perdidas del rock es el lanzamiento de sencillos de “doble cara”, mejor conocidos como Lado A y Lado B, a través de los cuales muchos artistas lograron plasmar, además de su amplitud imaginativa, cierto aire conceptual a su nueva etapa creativa. 

Sin embargo, siempre existen románticos como José Madero, quien sorprende con un lanzamiento por partida doble: se trata de las canciones “Día de Mayo” y “Hablemos del Campo”, las cuales forman parte de su más reciente material, con el cual deja atrás la etapa de ‘Giallo’, misma que cerró de manera magistral con varios conciertos sold out a lo largo de 2023 e inicios del año actual, preparando así el camino para ‘José Madero En Directo’: una nueva serie de shows donde incluirá sus más grandes éxitos, así como las dos piezas ya mencionadas. 

Para calentar motores hacia este nuevo tour, repasemos los detalles del dueto que hoy se estrena. En primer lugar, “Día de Mayo” se presenta como una canción donde predominan las guitarras y baterías potentes, elementos que construyen un marco perfecto para la letra, cuya historia es un intenso arco de redención por parte del protagonista, quien logra sobreponerse a sus sombras mentales y emocionales para renacer como una mejor persona.

Con tal de que este mensaje tenga mayor impacto, “Día de Mayo” cuenta con un video protagonizado por el propio José Madero, a quien vemos en una especie de reclusión surrealista, pues si bien aparece encerrado en un mismo espacio, logra escapar de esta situación a través de paisajes caricaturescos, generando así una poderosa metáfora visual: podemos escapar de la prisión de nuestra mente al imaginar otras maneras de vivir. 

Por otro lado, “Hablemos del Campo” se inscribe en la misma intensidad instrumental que su contraparte, pero con una diferencia abismal en la letra: mientras en “Día de Mayo” se retrata una historia de victoria individual, en esta pieza se recurre a un diálogo entre dos personajes (con voz femenina incluida), los cuales están en una dinámica relacional tóxica que los ha orillado a no encontrar otra salida que no sea seguirse lastimando. 

Gracias a todo lo anterior, José Madero sigue demostrando que no sólo es uno de los más grandes compositores que tiene el rock mexicano, sino que se destapa como creador de mundos con los cuales todos podemos identificarnos, dada su imaginación y sensibilidad multifacéticas.

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