Texto: Rosa Escobedo / fotos: Cortesía OCESA
El pasado jueves 19 de octubre en el Palacio de los Deportes se presentaron grandes representantes de la música electrónica, acompañando al dueto principal de la noche: “Odesza” con su tour The Last Goodbye.
¿Quíenes fueron esas otras figuras de la escena electrónica?
Para arrancar la tarde noche comenzamos con QRTR & Olan, que en contexto son dos artistas quienes de manera individual tienen sus proyectos música pero por curiosidad de su desarrollo musical buscaron una colaboración y así fue como surgió esta combinación de los ritmos y beats de QRTR con las letras escritas por parte de Olan. En cuanto a su presentación en el Palacio de los Deportes, lamentablemente no puedo comentar al respecto debido a que nuestra llegada fue durante el set de Tokimosta.
La productora y DJ Tokimosta, fue la segunda en tener su participación previa a Odesza, y como no es sorpresa tener varias presentaciones en los conciertos de música electrónica, el público más familiarizado con esto aprovechaba para conseguir sus bebidas, disfrutar de distintas formas la música lo que hacía parecer que el ambiente no estaba al cien y mientras Tokimosta tocaba, unas proyecciones con una gama específica en colores acompañaba su música
Comento en particular estas proyecciones porque si bien es algo común en varios conciertos, algo que me pareció peculiar fue que cada banda y artista, tuvo una identidad visual muy específica, en el caso de esta DJ se manejó con los mismos colores que su mesa de producción, azules, lilas y un poco de rosa en tonos ligeramente desaturados.
A las 20:30 hrs en punto The Midnight apareció en el escenario creando una atmósfera de electrónica nostálgica ochentera gracias a la combinación de los sonidos de su guitarra, sintetizadores y por supuesto su protagónico saxofón. Justo en The Midnight, fue cuando el público empezó a ser más grande y entrar en calor, aún sabiendo que la espera por Odesza era larga. The Midnight tuvo una buena presentación, de carácter progresiva pues arrancando con Endless Summer y terminando con Sunset, precisamente dejaron el ambiente perfecto para las dos bandas siguientes.
Bob Moses, tristemente empezó tarde lo que de alguna forma provocó que ese ambiente cálido, fiestero y para bailar, se perdiera un poco dejando lugar para los silbidos de protesta por la espera; finalmente al aparecer Bob Moses en el escenario las expectativas por su presentación estaban bastante arriba pues la espera fue larga y después de ellos venía el dueto de la noche.
Las cinco canciones que tocaron fueron suficiente para encender de nuevo al público, Time and a Time Again, Tearing Me Up, Inner Light, Afterglow y Desire fueron suficientes para prender a la gente, más allá de ser rolas muy buenas, la manera en la que tocaron e interactuaron con la audiencia fue la clave para hacernos bailar, olvidar un poco que aún faltaban minutos para Odesza y simplemente disfrutar de la música.
Finalmente la espera, la larga espera terminó a las 23:00 hrs cuando la música ambiente desapareció junto con la luz y en su lugar gritos de emoción acompañados casi al mismo instante por la aparición de unos visuales hermosamente bien trabajados, que a la persona más escéptica por Odesza seguramente les hizo decir “wow”, no era para menos, desde el primer segundo de su presentación hasta el último, todos los recursos visuales eran cien por cierto la imagen de este dueto y como no encuentro otra forma de decirlo ahí les va, eran brutalmente increíbles, hermosos, te dejaban con la boca abierta y en combinación con la música, las percusiones, las coreografías con los bateristas y la participación de cada una y uno de sus invitados hizo que su concierto fuera toda una experiencia visual y sonora que nos dejaría pensando en ella por mucho tiempo.
Quizá por parte de las personas más fans de este dueto había una gran expectativa por el concierto en el Palacio de los Deportes, empezando por el lanzamiento del documental sobre el concierto, documental que salió en julio de este año, lo que daba una idea de qué era lo que se podría ver en México; y creanme que lograron cubrir las expectativas.
La parte menos favorita de muchas personas, en especial quienes no están familiarizados con el estilo de conciertos de electrónica y que solo desean ver a la banda principal en este caso Odesza, fue la larga espera contando el tiempo en las filas, a las otra bandas para un concierto que si bien sólo duró hora y media, a mi parecer bien aprovechado el tiempo, algunas personas deseaban más tiempo o bien que ciertas canciones icónicas como lo son Last Night y Say My Name las tocaran completas y no combinadas.
Pero a pesar de esos detalles el concierto fue brutalmente hermoso; sí, ya le eché muchas flores a los visuales que también fueron acompañados por juegos de láseres, pirotecnia y fuego en perfecta sincronía con la música así que es momento de de comentar dos cosas que no pueden quedar fuera: las personas invitadas y los percusionistas.
Jack Froggatt, Naomi Wild, Izzy Bisu, Paulina Reza para quienes no les conocen son músicos y cantantes de otras bandas o proyectos que colaboran con Odesza y gracias a esta visión que tienen de compartir distinta música con su público así como la idea de conección y eco que existe entre personas, es que pudimos escucharles en vivo y sobre todo ver su conección con la música y el público.
Parte característica de Odesza es el sonido de las trompetas y las percusiones, poder escucharlas en vivo acompañadas por un trabajo coreográfico hace que este dueto sea amado por su audiencia y es que si bien sus discos son una joya, en concierto van mucho más allá de eso, pues trabajan y desarrollan tan bien sus ideas que todo su arte es coercitivo. Es música electrónica con trompetista, bateristas tocando y haciendo performance coreográfica al mismo tiempo en conjunto de los otros elementos que ya mencioné.
Moment Apart tiene un lugar especial en el corazón de sus fans, pero sin dudas la cereza de la noche fue el cierre pues no había otra canción más perfecta para cerrar, para despedirse y así The Last Goodbye no solo nos hizo bailar, saltar, gritar e incluso no dudo que a alguien se haya salido alguna lágrima, pues la magia de un increíble espectáculo ya estaba hecha y estaba concluyendo con la esperanza no esperar tanto tiempo para volver a ver a este dueto y sobre todo, que no sea el último adiós.